Greta Thunberg (16) ha movilizado a más de siete millones de niños en todo el mundo para luchar, como ella, por la justicia climática. El mensaje de Greta al mundo es simple: las palabras bonitas sobre el clima no son suficientes. "Comparte mi pánico", dice ella, y actua ahora.
Determinación para marcar la diferencia Cuando, a sus ocho años, Greta se enteró por primera vez del cambio climático, se sorprendió de que los adultos no parecieran tomarse la crisis en serio. Esto la deprimió, no comió, no fue a la escuela y no habló durante meses. La necesidad de luchar por el clima se convirtió en su motivación. Tomó la decisión de nunca volar, comer carne o lácteos, o comprar cosas nuevas innecesarias: una "parada de compras". Pero Greta vio que necesitaba usar su voz para hacer más. Inspirada por los ganadores del año pasado del Premio Internacional de la Paz Infantil, March for Our Lives, se sentó frente al parlamento de Suecia el 20 de agosto de 2018 con una pancarta casera: skolstrejk för klimatet (huelga escolar por el clima). Sus padres trataron de detenerla. Ningún otro niño se unió a ella. Pero estaba decidida a llevarlo a cabo y se sentó sola. Ella escribió en Twitter: “Los niños no solemos hacer lo que nos decis que hagamos, nosotros hacemos lo que vosotros haceis. Y si a vosotros, los adultos, no os importa mi futuro, a mi tampoco. Voy a la huelga escolar por el clima hasta el día de las elecciones ”. Los medios se interesaron de inmediato y la huelga climática de Greta fue noticia.
Niños y justicia climática Las cuestiones ambientales son cuestiones de derechos humanos. Un entorno saludable es esencial para la supervivencia, el bienestar y el desarrollo de los niños y, por lo tanto, una condición previa para la realización de los derechos del niño. Al mismo tiempo, el cumplimiento de los derechos del niño es un componente fundamental de la protección del medio ambiente. Un niño con acceso suficiente a la justicia puede llevar a su gobierno ante los tribunales por no hacer lo suficiente para proteger el medio ambiente que es esencial para su supervivencia.
Se unen ciudades, países y continentes La huelga escolar de Greta se extendió a otras ciudades suecas, a otros países europeos, y finalmente a otros continentes. Alrededor de siete millones de jóvenes se unieron a los Viernes para el Futuro ( Fridays for Future) en huelga por la justicia climática en diversos lugares de todo el mundo.
Predicar con el ejemplo Greta no solo habla de soluciones, las vive. En agosto de 2019, Greta se embarcó en un viaje a los Estados Unidos para asistir a importantes conferencias climáticas. En lugar de coger un avión, navegó durante 14 días, comió alimentos liofilizados, no se duchó y fue al baño en un cubo.
Greta muestra que los niños están en el corazón de la lucha por un futuro más sostenible. El cambio climático está violando los derechos de los niños a la vida, la salud y la paz, y los niños ahora están tomando medidas por su cuenta. Es hora de que los adultos escuchen y aprendan.